ANTES DEL SILENCIO ELECTORAL
Ante la duda y el miedo, ante la incertidumbre de no saber quién prevalecerá, lo correcto es apelar a las sinceras convicciones de paz y reconciliación. Ecuador no merece otro round de revanchas y odios. Se requiere, urgentemente, un mandatario que logre sanar heridas y haga que el país mire, finalmente, hacia delante y hacia fuera. Ninguna transformación positiva puede surgir de quien quiere mantenernos perpetuamente empantanados en la rabia.