DISTANCIA A LA EDUCACIÓN O EDUCACIÓN A DISTANCIA
Una alternativa se vuelve usual cuando las circunstancias así exigen, sea por pandemia, la educación virtualmente se volvió a distancia de manera justificada. Cuando la violencia acomete inconteniblemente a la sociedad sin que se vislumbre una salida a su espiral de inseguridad y muerte, la educación es otra víctima, porque debe recogerse a los hogares y ejercer sus prácticas desde lo virtual, no siempre en las mejores condiciones, por el contrario, con un cúmulo de dudas acerca de su eficiencia.
Si la educación presencial dejaba algunos vacíos evidenciados en evaluaciones a los docentes, como a los estudiantes y a los procesos aplicados, la volvieron semipresencial, o del todo virtual para quienes dispongan de un aceptable servicio de internet. Las responsabilidades se distienden mientras los alumnos se desentienden más que de costumbre, logrando mediocres resultados, en algunas ocasiones, ni eso.
La deserción escolar se incrementa por las dificultades socioeconómicas impuestas a las familias. Logrando un efecto contrario al declamado como objetivo, que la educación sea un ascensor social y mejora condiciones de vida. Lo contrario se logra, alejando la educación de amplios sectores vulnerados progresivamente de derechos. O se acerca la educación definitivamente a la gente, o se la aleja con el agravio de contar con poblaciones cada vez más ignorantes e ignoradas.