LA RULETA DEL DEDO ACUSADOR

Abusar de la ingenuidad de la gente, es un recurso desesperado de quienes, desde el poder, pretenden mantenerse a cualquier costo, incluso del crimen y la impunidad que les aleje de cualquier sospecha. De otra manera no se explican los sucesos posteriores al crimen del excandidato presidencial y periodista Fernando Villavicencio.

Una custodia para brindarle seguridad sospechosamente insuficiente, conociendo el alto riesgo por la conflictividad del protegido en sus declaraciones e investigaciones. La cúpula policial entre ineficiente y cómplice en hechos evidentes, pone en duda su participación en este complot. Los rastros de muerte de los implicados materialmente en el crimen, desprovistos de toda seguridad que les garantice entregar testimonios conjuntos hacia el siguiente nivel de los implicados, son procedimientos predecibles para ubicarlos en el matadero de las cárceles.

Un testigo protegido, sobreviviente, que delata a los posibles autores intelectuales del hecho, coyunturalmente en la recta final de una elección crucial. Una Fiscalía diligente para jugar políticamente en casos interesados, y empolvar los que involucran al poder actual. Todo este contexto hace girar como una ruleta a los posibles responsables y la culpa. El dedo popular determinará con su voto, si lo tomaron de ingenuo o espera finalmente una justicia sin impunidad.

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