EL ESTADO DE DECEPCIÓN
Inmersos en esa condición extrema, los esenciales servicios de la educación y la salud públicas, ya ni son señalados por sus carencias, dada la urgencia de salvar la vida en las calles, cada quien por su cuenta y riesgo. Ni se diga de la creación de empleo que no sea para reclutar a jóvenes en las organizaciones delincuenciales boyantes de presencia.