INDEPENDICÉMONOS DE LA CORRUPCIÓN
El Ecuador no puede continuar siendo castigado por el yugo de los corruptos, quienes han secuestrado las instituciones públicas y desviado los limitados recursos que deberían destinarse al desarrollo y bienestar de la población. En un contexto de escasez y necesidad, cada dólar robado es una oportunidad perdida para mejorar la educación, la salud y la infraestructura, pilares fundamentales para el progreso.