PERDER EL MIEDO
Ecuador está enfermo de miedo, y la cura depende en parte de los ciudadanos y en parte del Gobierno Nacional, sobre quien recae la responsabilidad de dotar de seguridad a los ciudadanos, pero también de los gobiernos locales, que deben mejorar la calidad de vida de los vecinos. Exigir un ambiente menos peligroso es un derecho por el que se pagan impuestos.