UNA ACUSACIÓN QUE NO PUEDE PASAR INADVERTIDA
Si la participación de los dos finalistas en el debate presidencial dejó algo para la sociedad, es el haber hecho descender a la categoría de pelea de esquina al ejercicio de la política nacional. Insinuar que el presidente de la República está casi al mismo nivel que cualquier capo del narcocrimen organizado es temerario si no se tienen las pruebas; y si se las tiene, es irresponsable no
presentarlas.