LA VERDADERA DIMENSIÓN DE LA CRISIS
Ni ciudadanos ni políticos parecen dimensionar la gravedad de la situación económica que atraviesa el país. Hace varias décadas impera la absurda creencia de que para salir a flote basta con cerrar los ojos y patear los problemas hacia el futuro. El país ya agotó esa alternativa; tras tanto tiempo de dejar todo para después, hoy resultará muy difícil huir de las decisiones duras. Tarde o temprano, por las buenas o por las malas, los ecuatorianos tendremos que asumir las consecuencias de nuestras decisiones y pagar
el precio de nuestros actos.