MENOS DISCURSO VACÍO Y MÁS DEBATE
Los debates presidenciales deberían ser un espacio de confrontación real de ideas, no una simple pasarela de frases memorizadas. Sin embargo, en muchas ocasiones, parecen más un trámite obligado que un ejercicio de democracia. A menos de un mes del próximo cara a cara entre los finalistas, es momento de exigir que estos encuentros dejen de ser un espectáculo vacío y se conviertan en un verdadero intercambio de propuestas.