UNA REALIDAD QUE LA LEY IGNORA
La Ley para Desarticular la Economía Criminal ha provocado mucho escozor y con justa razón. Las facultades que entrega al primer mandatario y a un denominado Bloque de Seguridad -que no se sabe quiénes lo integrarán- devela no solo unas ansias de acaparar más poder, sino un desconocimiento de la realidad del país. ¿Habrá el equipo jurídico de la Presidencia de la República considerado que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional son instituciones infiltradas por el crimen organizado?