SILENCIO CÓMPLICE
Gobierno tras gobierno, el país repite una triste historia de promesas incumplidas y problemas crónicos que nadie resuelve. Los ministros, obligados por ley y ética a informar con claridad sus planes de trabajo, guardan silencio o se escudan en discursos vacíos. Juegan al mudo mientras el caos avanza. El hospital Teodoro Maldonado Carbo, que debería prestar un servicio digno para los afiliados, permanece secuestrado por mafias que saquean sus recursos sin que ninguna autoridad actúe con firmeza.