NO RENDIRNOS ANTE LA DELINCUENCIA
Frente al incremento exponencial de la criminalidad los ecuatorianos han adaptado su forma de vida para protegerse, en lo posible, de las cada vez más complejas situaciones que afrontan. Por ello han migrado a ciudadelas cerradas y a realizar sus compras, pagos de servicios, transacciones bancarias e incluso encuentros sociales en los centros comerciales, en busca de mayor seguridad.