Se ha impuesto una restricción sobre productos básicos como la soja, carne, aceite de palma, madera, cacao, caucho y café, los cuales no podrán ingresar al mercado europeo si su origen proviene de zonas afectadas por la deforestación. Esto forma parte de las medidas adoptadas por ese conglomerado internacional con el objetivo de mitigar, en alguna medida, los efectos del cambio climático, atacando principalmente sus causas, entre las cuales se destaca la destrucción de grandes áreas de bosques y hábitats de diversas especies, causada por el cultivo extensivo de los productos mencionados. Existen mociones para debatir una prórroga de al menos 12 meses para la entrada en vigor de esta norma, la cual ha puesto en alerta a los productores ecuatorianos, considerando que productos como la palma africana, el cacao y el café son exportados a la Unión Europea y son fundamentales para el desarrollo y la productividad del país. Considero que este tema debe ser abordado por el Ecuador en el marco de la Comunidad Andina, de manera que se pueda argumentar adecuadamente la gestión que los países de la región tienen sobre estos tipos de cultivos y cuál es su verdadero impacto en aquello que se busca proteger. Así mismo, debe darse a los exportadores sobre todo de estos productos una asesoría adecuada para que puedan argumentar motivadamente que su producción no es causante de la problemática que el reglamento busca resolver. Es una alerta importante que no debe ser ignorada, y sobre la cual nuestros especialistas en agricultura, medio ambiente, comercio y la propia Cancillería deben tomar acción.

Es importante hacer un seguimiento de lo que sucede con China y cómo está actuando en el contexto internacional, especialmente en materia comercial. Siempre sostengo que toda acción tiene una reacción, pero al final, se llega a un acuerdo. Semanas atrás, la Unión Europea propuso imponer un arancel sumamente alto a los vehículos eléctricos importados desde China, lo que provocó inmediatamente una reacción por parte de China que consistió en considerar la posibilidad de imponer aranceles a ciertos productos europeos, como los cárnicos españoles y los aceites italianos. Esto inició un tira y afloja en una escaramuza comercial que desembocó semanas después en la visita de los principales funcionarios de España, Italia y otros miembros de la comunidad, e incluso de Perú, a China, con el objetivo de resolver estos desacuerdos y firmar nuevos compromisos entre estas naciones. China no se detuvo ahí. Inmediatamente, como parte de su campaña de expansión comercial legítima, ha comenzado a incursionar y a promover con más fuerza la idea de trasladar sus industrias e inversiones a aquellos países en los que enfrenta problemas arancelarios para entrar, particularmente en la Unión Europea. La estrategia consiste en dotar a sus productos de componentes nacionales para, de esta manera, poder ingresar en dichos mercados. Es importante prestar atención a esta estrategia: hace unas décadas, China permitía que las industrias extranjeras se establecieran en su territorio, con la condición de que no tuvieran una participación mayor al 49%, mientras que el estado chino mantenía al menos el 51% de control en sectores clave. Esto impulsó el desarrollo de la industria china. Hoy, China hace exactamente lo contrario: ya equipada con una sólida base tecnológica y una fuerte capacidad económica, está incursionando en diversas industrias y sectores en distintos países alrededor del mundo, particularmente en la Unión Europea. Especialmente relevante es su interés en los sectores relacionados con el desarrollo verde: tecnologías que promueven la energía fotovoltaica, la movilidad híbrida y la energía eléctrica. Además, China está buscando fuentes de generación y almacenamiento, como las baterías de litio y minerales estratégicos, que permitan la fabricación de los componentes que requiere la tecnología presente y futura. Por lo tanto, debemos prestar mucha atención a la estrategia de China, ya que Ecuador no es una isla en el mundo, está inserto en un contexto globalizado, y lo que sucede en otros países puede generar oportunidades o desafíos para Ecuador, para los cuales debemos estar preparados.