Manta atravesó un 2025 crítico en el sistema de recolección de basura. Esta problemática, alimentada hasta mediados de año por falta de maquinaria, se vio agravada por una profunda crisis administrativa y financiera que hasta ahora mantiene a los obreros de recolección sin el pago al día de sus sueldos, en una información publicada por Diario El Universo. Héctor Bowen, director de Higiene del GAD Manta, admite que la ciudad enfrentó un déficit notable de unidades operativas durante el primer semestre. Al iniciar el año, el municipio apenas contaba con una flota propia de entre 11 y 12 recolectores activos. Esta cifra resultaba insuficiente para cubrir las 26 rutas que demanda el crecimiento urbano de la ciudad. Bowen explica que las rutas matutinas debieron cubrirse con vehículos inadecuados que no cumplían con la capacidad de compactación necesaria. En consecuencia, muchos barrios quedaron desatendidos, obligando a la implementación de horarios de contingencia que confundieron a la población. La crisis se agudizó por los constantes problemas económicos que derivaron en al menos cinco paralizaciones de los obreros municipales. Estos paros generaron un efecto acumulativo en la limpieza pública, pues Manta produce aproximadamente 300 toneladas de basura cada día.
Según Bowen, cuando el personal se detiene, la basura no deja de generarse en los hogares “Si una huelga dura 24 horas, al día siguiente existen 600 toneladas acumuladas que deben recolectarse en turnos normales de 16 horas. Técnicamente, resulta imposible procesar el doble de carga con la misma capacidad operativa y humana de una jornada ordinaria”, expresa. El funcionario señala que recuperar la normalidad tras un solo día de paro toma al menos una semana completa de trabajo extra. Esta situación generó una percepción de abandono en las calles de Manta, que observó desperdicios acumulados durante días en las esquinas de los barrios. Para intentar frenar el colapso, el municipio firmó en septiembre un contrato complementario de alquiler por $ 1,9 millones por diez meses. Este acuerdo incluye cuatro recolectores privados con sus propios choferes, auxiliares, combustible e insumos, aliviando la carga del personal municipal. Héctor Bowen defiende esta decisión asegurando que la asistencia de un particular siempre resulta más eficiente ante contingencias mecánicas.
El contrato no solo incluye camiones compactadores, sino también volquetas, gallinetas, camionetas de supervisión y maquinaria pesada para el vertedero municipal. Además, se incorporó un hidrolavador de contenedores para mejorar la higiene de las islas de recolección distribuidas en toda la ciudad. Bowen asegura que este contingente ha logrado bajar el nivel de quejas ciudadanas desde su implementación en el último trimestre. No obstante, el director reconoce que Manta necesita al menos 32 turnos de recolección para operar de manera óptima y prevenir crisis. Actualmente, con los 16 recolectores disponibles entre propios y alquilados, el sistema trabaja bien, aunque cualquier daño en tres o cuatro unidades vuelve a generar retrasos significativos en las 26 rutas programadas en el cantón.
CRÍTICAS DESDE EL CONCEJO CANTONAL Y LA SITUACIÓN DE LOS OBREROS Desde el Concejo Cantonal, las voces críticas señalan una preocupante falta de priorización en el uso de los fondos públicos. La concejal Diana Flores cuestionó la asignación de $ 3 millones para el alquiler de vehículos en diversas áreas institucionales del municipio, $ 1,9 millones en la Dirección de Higiene. Para Flores, resulta incomprensible alquilar maquinaria de forma masiva en lugar de comprar una flota propia que garantice autonomía. La recolección de basura en zonas comerciales es frecuente, según el municipio; sin embargo, la basura se acumula en ciertas horas Por su parte, Estefanía Macías, también concejal, denunció un retroceso en la calidad del servicio de limpieza pese al aumento de la recaudación de la tasa de aseo. Macías destacó que los recursos de la tasa subieron significativamente entre 2024 y 2025, superando los $ 6 millones anuales. Asimismo, Macías alertó sobre el presunto desvío de fondos de la “tasa verde”, impuesto creado este año por la administración municipal, hacia actividades no relacionadas con el ambiente o el urbanismo. Según la concejal, cerca de $ 600.000 se derivaron a otras áreas, mientras las jardineras de avenidas principales lucen secas y descuidadas. La cara más amarga de esta crisis la representan los obreros encargados de recolectar los desperdicios en las calles de Manta. Juliana Chávez, dirigente sindical, confirmó que actualmente el personal enfrenta atrasos salariales de hasta dos meses, incluyendo décimos y aportes patronales. Esta falta de pago motivó las cinco huelgas registradas durante 2025, pues los trabajadores exigen respeto a su sustento básico. Aparte de la falta de sueldos, el personal labora en condiciones precarias sin los implementos de seguridad más elementales, afirma Chávez.