Una tragedia se registró en el estado Yaracuy, en Venezuela, luego de que Érika Fernández, de 39 años falleciera tras sufrir quemaduras en el 70 % de su cuerpo durante un ritual de espiritismo, donde se le roció gasolina como parte de un supuesto “despojo espiritual”, porque creía estar bajo los efectos de una posesión o maleficio. El acto fue dirigido por un hombre de 61 años.
En la ceremonia, le aplicaron gasolina sobre la cabeza, sin considerar que en el entorno había velas encendidas. Aunque el hombre intentó apagar el fuego con agua, las quemaduras fueron letales.
La víctima fue trasladada de urgencia al Hospital Central de San Felipe y luego al área de caumatología del Hospital Antonio María Pineda, en Barquisimeto. La mujer falleció tres días después del incidente.
El responsable fue detenido por las autoridades y el caso está siendo investigado por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
Fernández era madre de tres hijos menores de edad y vivía en la comunidad de Taría. Su muerte ha causado conmoción en la región y ha reavivado el debate sobre la práctica de rituales sin supervisión médica o legal, especialmente en zonas vulnerables del país.
