CATASTRO MINERO Y 4 ALERTAS
El tráfico de oro es uno de los puntos débiles de la vigilancia estatal. La minería ilegal está atada a la extracción de este metal precioso, advierten organismos internacionales que investigan el proceso criminal en Ecuador, también atado al lavado de activos. Los agentes y analistas internacionales han determinado cuatro puntos que deben ser vigilados por el Estado ecuatoriano. El primero tiene que ver con la logística. Y es que es un error confundir a la minería ilegal con la que antes llamaban “artesanal”. Los criminales utilizan personal, alimentación, campamentos, armas y maquinaria pesada, incluso de gobiernos locales; y, con el tiempo, absorbieron a todo “artesanal” que se cruzó por su camino. El segundo es que en el país hay dos zonas con el 80% de las plantas de procesamiento del material pétreo del que se extrae el oro: Portovelo y Zaruma; se sospecha que casi la totalidad de lo que se extrae en las minas se procesa allí. Tercero, casi el 70% del oro que sale de Ecuador se dirige a China; Emiratos Árabes Unidos e India son otros destinos menores. El control debe reforzarse sobre la elaboración de lingotes, aquellos que los certifican, los intermediarios y compradores finales. Por último, se requieren controles urgentes sobre el dinero. Los analistas internacionales desconocen si el dinero de la venta de oro ilegal regresa al país o si en Ecuador se paga únicamente por la extracción. La apertura del nuevo catastro minero, desde el 16 de junio, es una oportunidad para reforzar el control en toda la cadena. Sin embargo, se transparentará el interés si la voluntad política de formalizar toda operación minera y deshacerse de los criminales se mantiene en el tiempo.