De acuerdo a las cifras del Observatorio de la Política Fiscal la necesidad de financiamiento para 2024 está en USD 8036 millones, de ese monto USD 4 795 millones se esperan conseguir principalmente de créditos con organismos internacionales.
El cuaderno del Gobierno registra USD 1 500 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI), USD 1 300 millones del Banco Interamericano de Desarrollo, USD 500 del Banco Mundial, USD 500 millones más del Fondo Latinoamericano de Reservas, USD 495 millones de la Corporación Andina de Fomento, y bajo el título otros se consideran USD 500 millones más.
Pero como con eso no alcanza el régimen mira hacia adentro, USD 3 190 millones se esperan conseguir de deuda interna, USD 2 166 millones corresponden a certificados de Tesorería y USD 1 024 al concepto de bonos internos.
Cuando se habla de deuda interna es claro que el principal cliente de esas emisiones es el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) que acumula USD 9 mil millones en papeles del estado. Otros compradores regulares son el Banco Central y la banca pública, que acumulan cerca de USD 5 mil millones en papeles.
Ahora, se debe recordar que, por ejemplo, el acuerdo con el FMI condiciona los desembolsos a poner orden en la relación que tiene el Estado con el IESS en lo que refiere al pago de la deuda de salud, y eso debe estar resuelto hasta diciembre de este año.
Pero no solo eso y no solo el Fondo Monetario, otros multilaterales también esperan reformas estructurales en la mejora del pago de los atrasos, transparencia y reformas fiscales que garanticen la sostenibilidad de las cuentas públicas en el 2025 para viabilizar los desembolsos prometidos.