¿BOTAR O VOTAR?
Una sola letra cambia por completo el significado de una palabra, en este caso un verbo tan importante que involucra el destino de generaciones puestas por encargo voluntario en las manos de quienes resulten elegidos. Un botadero de papeletas con la voluntad de quienes participaron del evento democrático, puede significar el destino de esa enorme cantidad de papelería una vez cumplidos los procesos para validar a las autoridades.
Votar, en estos tiempos en los que la vida no vale nada, puede significar una derrota a la inseguridad, para volver al estado anterior de tranquilidad y confianza de vivir confiados. Botar, fue la intención convertida en legitimar una forma de gobierno que nos ha llevado hasta este estado de inseguridad. ¿O matar a un candidato a la presidencia para intentar el cambio del tablero electoral no es desquiciante?
Votar ahora es recuperar la vida descartando la amenaza de muerte permanente. Botar la papeleta electoral en el ánfora, al apuro por salir de la obligación, sin apurar la más mínima reflexión, nos dejará expuestos a todos, a seguir en este estado de gatillo y muerte indiscriminada.
¿Cuántos están dispuestos a reconocer si lograron votar o botar su decisión? Lo veremos ya mismo y esperemos no sea tarde para remediarlo.