RESPETAR LA INDEPENDENCIA DEL BCE
Es una máxima en el mundo económico que, a mayor independencia del Banco Central, mejor resultado hay en la política monetaria, mejores índices de inflación, en definitiva, estabilidad en el ámbito económico para el crecimiento de un país. En los últimos años, los bancos centrales deben resistir a la arremetida de los políticos por controlar las tasas de interés y la política monetaria, y recibir préstamos. El mecanismo que usan tiene que ver con nombrar el personal y provocar cambios legales que apunten al control político. El mismo Fondo Monetario Internacional ha recomendado a los políticos que respeten la independencia de esos bancos y los apoyen para conseguir los objetivos de estabilidad monetaria. Es más, ese organismo pide que las deudas estatales sean sostenibles para que no les llegue la tentación de pedir préstamos a un costo irrisorio. Nuestro Banco Central, creado hace 100 años, cuenta con autonomía institucional, administrativa, presupuestaria y técnica. Pero esto puede cambiar. El proyecto de Ley de Integridad Pública, que está en análisis de la Asamblea Nacional, busca un cambio fundamental. En una disposición reformatoria se establece que el Gerente del Banco Central será designado por el Presidente de la República. Uno de los riesgos a futuro es que el Gobierno reciba préstamos del Banco, lo que ahora está prohibido. La Asamblea tiene la palabra.