SIN MORDAZA

La simple idea de reeditar una Ley de Comunicación para devolverle esa parte controladora y sancionadora que fue eliminada debe mover a toda la sociedad. ¿Por qué a toda la sociedad? Porque no se trata solo de echar mano a la opinión y los contenidos que al poder político no le guste leer o escuchar en medios de comunicación, se trata de limitar la libertad de cada uno a mantenerse informado a través del medio de su preferencia; de recibir otras opiniones que pueden no concordar con lo que uno piensa, pero que enriquecen su criterio; de incluso llegar a imponer una sola verdad sin ver otras aristas. Eso es lo peligroso y debe mover a todos. Puede resultar una frase trillada, pero es muy cierta: los medios de comunicación son uno de los pilares de la democracia. Un país sin libertad de expresión y de prensa va en contra de los principios democráticos de una nación, y de ellos tenemos muchos casos en la región y el mundo: Venezuela, Cuba, Nicaragua, Corea del Norte, por mencionar algunos. Regresar a la época de las sanciones económicas contra medios de comunicación, de rectificaciones injustificadas a la medida, de las audiencias tras audiencias ante una institución juez y parte interesada es el anhelo de algunos. Este Diario seguirá defendiendo la libertad de expresión no como un simple postulado, sino ejerciéndola todos los días.

MÁS NOTICIAS

EDITORIAL

NO APAGUEN LA LUZ DEL PROGRESO

Lo que nos faltaba: ‘vientos’ de posibles paralizaciones en la Corporación Nacional Eléctrica (CNEL EP) soplan como respuesta a la sentencia de la Corte Constitucional que obliga a 1.800 trabajadores, beneficiarios del contrato colectivo, a devolver 105 millones de dólares

Leer más »
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore