LA CRISIS DEL TURISMO REQUIERE CONSENSOS

Durante años, se ha hablado del turismo como una de las principales alternativas para el país, haciendo hincapié en su carácter sostenible y en su potencial de generar crecimiento y empleo. Sin embargo, pese a toda la retórica, el sector enfrenta hoy una crisis de dimensiones insospechadas, comparable a las peores épocas. Se requieren medidas urgentes. Mientras, el Estado anuncia incentivos para aerolíneas extranjeras y ha llevado a cabo iniciativas como la de la Marca País, la crisis de seguridad repercute severamente en la imagen del Ecuador en el extranjero. Es obvio que el énfasis comunicacional que se hace a nivel interno por enfatizar el drama de la inseguridad para generar miedo y lograr apoyo ciudadano, tiene también un efecto nocivo sobre la imagen externa del país. Para preservar el turismo, es necesario gestionar el conflicto interno bajo una política de comunicación —como lo hacen México, Brasil o Colombia– que enfatice el carácter local y focalizado de la violencia, en lugar de transmitir una imprecisa imagen de caos nacional. Desde hace décadas, la infraestructura y la inversión en el sector turístico en el Ecuador no han crecido a la velocidad que lo hacen en otros países frente a los cuales hemos perdido competitividad en materia turísticas, cómo Costa Rica, Colombia y Perú. El país ha desaprovechado la expansión global de la industria; hacerlo requiere de diálogo y consensos entre las autoridades y los actores privados, para dar pie a la necesaria inversión y a una política pública coherente. Ya se han dado algunos pasos —como incentivos tributarios— en la dirección correcta, pero aún falta mucho —red vial, conectividad, aeropuertos, reforma laboral— para que el país pueda verdaderamente aprovechar su inmenso potencial turístico.

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