Erika Cristina Paredes Sánchez nació en Cuenca. La mayor parte de su vida la ha pasado junto con sus padres entre la esquina del parque San Blas y la Chola Cuencana, en una mueblería que su familia ha logrado conservar durante 40 años.
Paredes es desconocida en política, hoy enfrenta su mayor reto: la candidatura a la vicepresidencia de la República, pero antes su familia ya estuvo en Carondelet. Su abuelo Obdulio Paredes, trabajó haciendo y reparando muebles en Quito. Su destreza hizo que sea contratado para darle brillo al mobiliario del Palacio de Carondelet en 1966, en una época en la que la silla presidencial estaba en manos de Otto Arosemena Gómez.
Erika Paredes inscribió su candidatura bajo la alianza ‘Actuemos’ de las tiendas políticas Avanza y SUMA, es la dupla de Otto Sonenholzner.
Estudios
Estudió en el colegio La Asunción y luego en la UDA donde se graduó como licenciada en asuntos internacionales con mención en Comercio Exterior, y desde su graduación en el 2007, hasta la fecha, ha recorrido el mundo trabajando para la Organización de las Naciones Unidas.
El último año lo dedicó a sus estudios en Harvard y hace pocos días se graduó de su maestría en Administración Pública con el ánimo de aplicar sus conocimientos en la vicepresidencia de la República, cerca del sillón de Carondelet y de los muebles su abuelo reparó y restauró algún día.
Trayectoria
Paredes no es una mujer conocida en el mundo de la política local, porque en los últimos 10 años ha trabajado en cerca de 60 países y ha estado en eventos junto con personajes como Ángela Merkel, Manuel López Obrador, Xi Jingping o Ban Ki Moon.
En 2012 trabajó para la iniciativa Yasuní – ITT promovida con el fin de que el petróleo del bloque se quede bajo tierra y se gestionen recursos internacionales para evitar explotar crudo en la zona. Además fue parte del proyecto de integración regional sudamericana de la UNASUR.