EL COSTO DE CEDER LAS ARMAS RUSAS

Persisten las sospechas de que las objeciones de Rusia a algunas exportaciones ecuatorianas —basadas en pretextos fitosanitarios— constituyen en realidad una retaliación diplomática. Así, Ecuador estaría sufriendo las consecuencias de la decisión del presidente Daniel Noboa de entregar a Estados Unidos los arsenales de origen ruso —catalogados como ‘chatarra’— a cambio de cooperación norteamericana. De ser ese el caso, no hay mucho que Ecuador pueda hacer. Las decisiones geopolíticas siempre tienen consecuencias y estas no son siempre positivas. En las circunstancias actuales —por cercanía geográfica, afinidad cultural, agenda común y relación económica— es tentador profundizar los lazos con EE.UU. Si Rusia, otra gran potencia de inmensa importancia para Ecuador, responde con una posición excluyente de suma-cero, poco espacio de maniobra le quedará a nuestra diplomacia. Vale recordar que la introducción misma de material ruso en nuestros arsenales fue el producto de una confusa y apresurada maniobra orquestada por los gobiernos de izquierda que imperaban en la región durante los últimos años de la Guerra Fría y del régimen sandinista de Nicaragua. Sin embargo, el pueblo ecuatoriano tiene derecho a exigir transparencia. ¿Por qué Estados Unidos quisiera ‘chatarra’? ¿De verdad se quieren emplear esos materiales en Ucrania? Es comprensible que un giro tan abrupto despierte temores y sospechas entre la ciudadanía. No estaría bien aprovechar algo tan delicado como el estado de excepción para tomar decisiones opacas en un campo tan lucrativo y polémico como el del aprovisionamiento de armas.