Cerca de 300 ciudadanos venezolanos abandonaron el cantón Pelileo durante la última semana. La decisión se tomó luego de la marcha convocada por las juntas de campesinos, quienes exigían su salida tras la muerte de un policía, registrada el 14 de noviembre. Jesenia Rodríguez, oriunda de la zona y propietaria de un local comercial, habló sobre la incomodidad de los moradores. “El tema de los venezolanos les incomodaba.
A veces se arrodillaban a pedir dinero. Eso ya no existe, entonces sienten que es más cómodo transitar por aquí”. En las esquinas ya no hay malabaristas, vendedores ambulantes o mendigos, pero no todos los extranjeros se fueron. Aproximadamente 80 familias venezolanas y de otras nacionalidades aún habitan en el Cantón. Tienen la esperanza de que el Gobierno active los protocolos de protección que ofreció el fin de semana.