
Christian Murillo Delgado PHD
Ph.D. en Gestión Pública y Gobernabilidad
Analizar los resultados de la consulta popular que arrojaron cifras negativas para un gobierno que tenía otras expectativas, es sumamente necesario, sobre todo por la hasta entonces, alta popularidad del primer mandatario, ya que los hechos que precedían a la mencionada consulta avizoraban otros resultados que tenían como sustento gestiones de gobierno positivas, tales como: la lucha sin tregua contra la delincuencia organizada, el mayor número de detenciones, en corto tiempo, de líderes de bandas, el fortalecimiento de las relaciones bilaterales y de cooperación internacional con los Estados Unidos, apertura comercial con Corea del Sur y los Emiratos Árabes Unidos, un control sanitario eficaz, como nunca antes se lo había hecho, en beneficio de la ciudadanía; y así muchas otras gestiones que fueron hechos de comentarios positivos en los diversos medios de comunicación. Ante los hechos descritos, cabe reflexionar algunos aspectos que se deben tener cuenta en vista de lo descrito previamente, lo que sumado al fraccionamiento del partido de oposición con mayor fuerza en la Asamblea, era de esperarse una victoria en todas las preguntas sin embargo hubieron temas que debieron ser reforzados con mayor énfasis y dentro de esto estuvo la falta de Gestión de Valor Público, la cual no es otra cosa que la comunicación estratégica efectiva de lo realizado en la Gestión Pública, la que si bien estuvo presente en las obras detalladas anteriormente, no fueron comunicadas, explicadas y justificadas para el entendimiento del pueblo soberano. La gestión de valor público al final del día es la que mantiene no solo la aceptación del pueblo ante los gobernantes de turno, sino que a posteriori es la que le otorga el valor histórico a esa administración y es por eso que se debe manejar una pedagogía democrática adecuada y eficaz para ser entendida por todos, ya que como dice el dicho político: lo que no se comunica, no existe… y en ese sentido el gobierno nacional no comunicó, no explicó las bondades o beneficios de sus obras, no fortaleció todo el esfuerzo de sus gestiones realizadas sino que por el contrario fracasó ante desinformaciones, news fakes y confusiones maliciosas que condujeron al electorado a un rechazo a las propuestas del ejecutivo. Con lo expuesto el gobierno y sobre todo sus secretarios del estado deben manejarse de aquí en adelante con una comunicación entendible para el pueblo para que lo comunicado conlleve sensibilidad social ante las necesidades colectivas de una sociedad que ha librado muchas luchas, ya sea ante una criminalidad desalmada como también con las necesidades de sectores de la salud que se encuentran infestados por la corrupción y la carencia de insumos sin olvidar una educación que debe ser reformada de manera íntegra desde sus leyes orgánicas hasta reformas de planes educativos que produzcan niños que sean ciudadanos mejores preparados. La comunicación estratégica o Gestión de Valor Público debe conllevar obras afirmativas y no debe contemplar reducciones en presupuesto o cortes de partidas presupuestarias para justificar en un futuro la falta de gestión ya que la misma no solo puede provenir del estado sino también de otras fuentes como la cooperación internacional, ante estas situaciones se deben replantear la forma y la manera de comunicar las cosas, la gestión pública no solo es técnica sino política y esta última debe ser manejada de forma profesional, para de esta manera aportar de manera efectiva al gobierno de turno, ya que el pueblo ecuatoriano de lo que está más agobiado es de las malas noticias. El Presidente Noboa debe replantear su gabinete de manera más efectiva para que su proyecto político sea eficaz para esto requerirá secretarios de estado que lo fortalezcan en su gestión; los grandes estadistas de la historia han tenido a su lado a grandes Secretarios o Ministros que no solo aportaron su talento, sino que construyeron proyectos exitosos que conllevaron a estos gobernantes a ser recordados por engrandecer su nación o reino en ese momento determinado, citando como ejemplos: el Cardenal Richelieu ministro principal de Luis XIII; o el gran ministro de finanzas de Luis XIV, Jean- Baptiste Colbert, sin olvidar a José Fouché o Charles Maurice Talleyrand de Perigord, grandes ministros de Napoleón, o a un Henry Kissinger, secretario de estado de Nixon y de Gerald Ford, o a una Madeleine Albright, Secretaria de Estado de Bill Clinton y así muchos que son recordados como ejemplos históricos de una ciencia política atemporal y siempre vigente. Del acierto de las futuras decisiones dependerá no solo el éxito del proyecto político sino también el de todo un país que desea un cambio de giro y que necesita que todo lo expuesto en las propuestas se concrete, desearle los mejores augurios al gobierno es desearle lo mejor al país, pero la reflexión, corrección y selección de cuadros adecuados será determinante para el futuro del ejecutivo.



