HAY QUE LLEVAR LA FIESTA

Las disputas políticas, que suelen disfrazarse como rigurosos controles para garantizar el cumplimiento de procesos, terminan afectando directamente a los ciudadanos, quienes se quedan sin disfrutar de servicios y eventos que forman parte de su vida cotidiana. Este es el caso de Quito y sus celebraciones por los 491 años de fundación. El más reciente episodio de ‘pito’ entre el Gobierno, a través del Sercop (Servicio Nacional de Contratación Pública), y el Municipio de la capital, por la suspensión de contrataciones de artistas para eventos culturales debido a supuestas inconsistencias, ha dejado a los quiteños sin su tradicional Serenata Quiteña. Esta manifestación popular, que se ha celebrado durante más de 65 años con la participación de alcaldes y presidentes, forma parte esencial de la identidad festiva de la ciudad. Si bien es fundamental que las reglas y los procesos se cumplan estrictamente, especialmente en las licitaciones públicas, tampoco deberían ser la causa de que la ciudadanía pierda celebraciones que son parte de su patrimonio cultural. La prioridad debe ser encontrar soluciones que permitan que los capitalinos y los visitantes disfruten de los ‘zapateos’ tradicionales, sin que las disputas institucionales empañen la experiencia y se pueda llevar la fiesta en paz.

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HAY QUE LLEVAR LA FIESTA EN PAZ

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