La división del poder (II)

Abg. Ramiro Rivera Molina titulo

Político ecuatoriano que ocupó la vicepresidencia del Congreso Nacional entre 2003 y 2005 Profesor universitario en Universidad de las América Presidente del Grupo @elcomerciocom

Si bien la división de poderes es asumida con fuerza doctrinaria en la Independencia de los Estados Unidos y la Revolución francesa, los precedentes doctrinarios más próximos, para no ir muy atrás, están presentes en el pensamiento político inglés, en el contexto del conflicto entre el rey y el Parlamento y,  en torno a las ideas de la monarquía mixta, la constitución equilibrada o el equilibrio constitucional, anteriores a los planteamientos de Montesquieu, y cercanos a las reflexiones de John Locke.  En este momento se despliegan los escritos de David Hume (1711-1776), bajo la evidente influencia de Locke. 

En efecto, ya en el pensamiento medieval inglés se configura la base de la división binaria de las funciones del estado, que se halla en el debate sobre la partición del poder entre el gobierno (gobernaculum), y la jurisdicción (jurisdictio), que constituyó en sí mismo, una división del poder real y con notoria relevancia en Inglaterra. Es Henry de Bracton quien en su libro: De Legibus et Consuetudinibus Angliae” (De las leyes y costumbres de Inglaterra), contribuye a la naciente doctrina, proclamando la necesidad de la monarquía mixta, durante la agitada colisión entre la monarquía y el Parlamento.

Hume proclama el gobierno de las leyes en vez del gobierno de los hombres, apostando por las instituciones en vez de la discrecionalidad, lo que conlleva una severa crítica del absolutismo y la omnipotencia monárquica. Sus ideas alcanzan para reivindicar la necesidad de las reglas, el principio de legalidad como resguardos de la libertad. Exclama «el sometimiento a las leyes generales y uniformes, previamente conocidas de los diversos órganos y de todos sus súbditos». Contrario al absolutismo, auspicia la monarquía mixta, dice preferiruna nobleza sin vasallos y un pueblo que se exprese a través de sus representantes. En la balanza de su pensamiento pesan los principios de lo que hoy constituyen las monarquías constitucionales y las formas republicanas de gobierno.

El pensador escocés superó la visión del estado de naturaleza de Hobbes, el pacto social o contractualismo. Proclama la supremacía del Parlamento inglés, defendida desde el siglo XV al XVII. La preeminencia de los Comunes sobre los Lores y sobre el Monarca. Es necesario recordar el Instrument of Government de 1653, donde se establece que el supremo poder de hacer las leyes reside en el Parlamento. La adscripción al pensamiento liberal lo evidencia Hume, al elaborar las ideas sobre el origen y la legitimidad del Estado.

La monarquía mixta o equilibrada, tiene positivos nexos con la separación o división del poder, enarbolada por Locke, Bolinbroke, Voltaire y, por Hume. La Constitución equilibrada es la combinación del gobierno mixto, la supremacía de la representación legislativa y la separación de poderes, desde ahí, lucirán las reflexiones de los dos teóricos más notables de la doctrina (Locke y Montesquieu). Tal doctrina se configura en lo normativo, con la Declaración de Derechos de la revolución inglesa, la Independencia de los Estados Unidos y la Revolución francesa.  

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