Montecristi atraviesa una grave crisis hídrica que ha dejado sin agua a toda su población conectada al sistema público. Desde el 18 de junio, el acueducto La Esperanza dejó de funcionar por completo, interrumpiendo el suministro de agua cruda y generando consecuencias sanitarias y sociales significativas en el cantón. “Estamos recibiendo 0 de los 6.000 metros cúbicos diarios que deberíamos tener”, alertó el alcalde Jonathan Toro Largacha durante una sesión extraordinaria del COE Cantonal, realizada el 8 de julio, donde se declaró oficialmente el Estado de Alerta.
De acuerdo con la Refinería del Pacífico (actualmente en proceso de liquidación), solo 2 de las 6 bombas del sistema están operativas, y más del 90% del caudal está siendo desviado, en su mayoría hacia usos agrícolas, muchos de ellos de forma irregular. La crisis se ha agravado por el abandono en el mantenimiento del sistema durante más de dos años y la falta de dirección clara en la Refinería, lo que también afecta a los cantones de Manta y Jaramijó.
MEDIDAS ADOPTADAS El COE Cantonal resolvió implementar varias acciones de emergencia: distribución de agua mediante tanqueros, programación de racionamientos, campañas de concientización, control del uso del agua y la solicitud formal a Petroecuador para que nombre de manera urgente un nuevo liquidador que asuma la administración del sistema. “El colapso del acueducto confirma la necesidad de ejecutar el Proyecto de Captación de Agua Cruda, que ya tiene financiamiento aprobado por la CAF por 28 millones de dólares. Solo falta el respaldo del Gobierno Nacional”, enfatizó el alcalde.