Los recursos de esa cuenta además se han utilizado en operaciones de manejo de liquidez para cubrir otro tipo de gastos y no para obras de reconstrucción y reactivación tras el terremoto.
En 2018, el entonces ministro de Finanzas, Carlos de la Torre usó USD 300 millones para pagar cuentas atrasadas a gobiernos locales y proveedores del Estado, pese que el uso específico de esos dineros era la reconstrucción de Manabí y Esmeraldas, tras el terremoto de 2016.