SEQUÍA ANUNCIADA

ARTICULO Dr. Juan Carlos Cassinelli Cali

Dr. Juan Carlos Cassinelli Cali

Ex Ministro de Comercio Exterior, Doctor en Jurisprudencia, Director de Global Trade Consulting. Presidente del Comité de Comercio de Inversiones amcham GYE
Twitter: @JCCassinelli juancarlos@cassinelliabogados.com

Según los últimos reportes del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI), en Ecuador se cierne una nueva amenaza. A diferencia del año pasado, cuando se nos advertía constantemente sobre la pronta llegada de las lluvias, hoy enfrentamos una sequía generalizada, especialmente en la Costa ecuatoriana y en el austro, así como en vastos sectores de la Amazonía. Esta situación genera preocupación adicional a la ya existente sobre inseguridad, corrupción, falta de puestos de trabajo, entre otros, ya que afecta directamente a la producción. Es preocupante observar cómo el sector maicero se ve gravemente afectado por la escasez de lluvias, así como todas las actividades agrícolas, que además están sufriendo el impacto de un aumento de las temperaturas y anomalías climáticas, resultado del cambio climático mundial, del cual Ecuador no es una excepción. Siendo un país con una fuerte vocación agrícola debe ser un tema a observar para buscar paliativos adecuados y no esperar que varios sectores colapsen antes de empezar a buscar soluciones. Estas medidas deben abarcar aspectos financieros, sistemas de riego, entre otros. Lamentablemente, las consecuencias directas de este período de sequía, exacerbadas por lo que los expertos denominan una nueva etapa de “La Niña”, se agravan aún más cuando este fenómeno climático causa problemas graves en el suministro de energía eléctrica. El año pasado, esto resultó en apagones sistemáticos en el país, y ahora estamos empezando a experimentar este mismo problema, afectando a la industria, al comercio y al bienestar ciudadano. La falta de energía no solo aumenta la inseguridad durante las noches, sino que también daña equipos, alimentos, sistemas sanitarios, entre otros; tema que no puede dejarse a la improvisación y que requiere de la búsqueda de soluciones que deben ir más allá de la compra de energía o de la promulgación de leyes, como la denominada “Ley de Competitividad Energética”, que según los expertos no detiene el severo impacto del estiaje. Es crucial prever, planificar y enfocar los esfuerzos desde los distintos Ministerios en los sectores más sensibles. No podemos permitirnos improvisar cuando ya es demasiado tarde, como se dice en el argot popular “cuando la leche está derramada”.

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