Nuestro apoyo Patriota al Presidente Noboa

Dr. Carlos Intriago Macías PH. D

carlos.intriagomacias@gmail.com

El ingreso a la Embajada Mexicana en Quito por parte de las fuerzas del orden ecuatorianas para capturar al prófugo de la justicia Jorge Glas ha desatado un debate encendido. Dos posturas se enfrentan, y en este artículo, analizamos la situación jurídicamente, sopesando los argumentos y las implicaciones. La primera postura, invocando el Artículo 22 de la Convención de Viena de 196, condena la irrupción en la sede diplomática. Según este artículo, las instalaciones de las embajadas gozan de inviolabilidad y no pueden ser allanadas por las autoridades del país anfitrión. Es un principio fundamental que protege la soberanía de las misiones diplomáticas. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando se cruza la línea entre la inviolabilidad y la justicia? Del otro lado, está el Artículo 3 de la Convención sobre Asilo Político de 1954.

Este artículo prohíbe otorgar asilo a personas con penas pendientes por delitos comunes, esa es la situación en la que se encuentra Jorge Glass, un prófugo de la justicia con condena ejecutoriada. Muchas veces la postura política se superpone a la explicación técnica. La emocionalidad choca con la necesidad de aplicar la ley de manera justa. Pero, ¿qué es justo en un contexto tan complejo? La respuesta no es sencilla. Las normas internacionales deben equilibrarse con la búsqueda de soluciones humanas. Para comprender el presente, debemos analizar el pasado. En diciembre, México otorgó asilo político a Glas, sabiendo que esto generaría una intromisión y un incidente diplomático. El inicio fue polémico, y el desenlace también lo es. La decisión de Noboa de finalizar el asunto con observación de las formas y las normas refleja la delicadeza de la situación. Así mismo, es un elemento de análisis importante el lenguaje provocador utilizado por el presidente AMLO hacia el presidente Noboa. Algunos lo ven como una estrategia política para movilizar a su base de seguidores, mientras que otros lo consideran una falta de respeto hacia un líder democráticamente electo.

La retórica incendiaria polarizó aún más a la sociedad y dificulta la búsqueda de soluciones constructivas. En un momento en que la estabilidad y la unidad son vitales, es crucial que los líderes se expresen con prudencia y busquen un diálogo basado en el respeto mutuo. En este escenario, nuestro apoyo patriota se inclina hacia el presidente Daniel Noboa Azin. La diplomacia no es solo política; es un delicado tejido de intereses nacionales, normas internacionales y valores éticos. El presidente Noboa enfrentó una decisión monumental, y la misma consideró tanto la legalidad como la humanidad. En momentos de incertidumbre y desafíos, es cuando más se necesita el liderazgo valiente y decidido.

Aunque la ruta elegida pueda ser controvertida, es importante recordar que se basa en un análisis cuidadoso y en el interés superior de la nación. La historia nos enseña que las decisiones difíciles a menudo resultan ser las más necesarias y beneficiosas a largo plazo. Jaime Roldos Aguilera dijo: “El destino no está hecho; se labra todos los días, sin odio, sin venganza, sin renunciamientos. Juntos debemos trabajar por construir un nuevo tiempo histórico, donde el pueblo no solo conserve su irrenunciable derecho a la autodeterminación, sino también a ejercer su función protagónica en el ejercicio de una auténtica democracia”. Hoy, un joven presidente tomó una decisión que de seguro traerá un nuevo tiempo histórico, uno que nos desmarca para siempre de lo peor del país, la corrupción y la impunidad nunca más.

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