¿Por qué mataron a la polilla?

Hace dos semanas, el humorista, presentador y creador de contenido esmeraldeño Jonathan Sánchez, más conocido como La Polilla, subió a su cuenta de TikTok un video reflexivo desde un cementerio de la capital de la Provincia Verde. Cuatro semanas atrás le dedicó un material audiovisual en Instagram a su esposa. “Por si mañana ya no estoy…”, dijo como parte del mensaje.

Se dice que una de las características de las polillas es su buen sentido del olfato. Por eso muchos consideran como presagios las publicaciones de Sánchez, o que sencillamente el comediante era consciente de que los humanos no somos eternos. La noche del 11 de octubre, Sánchez fue al gimnasio, como era su costumbre. Luego de entrenar se dirigía a su casa, ubicada en la calle Delgadillo, en el centro de Esmeraldas.

Iba en su vehículo marca Kia Soluto color blanco, de Placas PDY9506, estaba acompañado de Mario S., y a la altura de la avenida Olmedo fueron interceptados por motorizados, quienes dispararon diez veces aproximadamente. Siete de los ‘pepazos’ traspasaron la ventana y la puerta del conductor, justo donde estaba La Polilla. El copiloto resultó herido. Eran aproximadamente las 21:00 cuando personas que jugaban ecuavóley en el Parque Infantil escucharon la decena de detonaciones de arma de fuego.

Cinco tiros le impactaron en el cuello y la cabeza. Los balazos fueron letales y no dieron tiempo ni siquiera para que Sánchez sea trasladado a una casa de salud. El coronel Edwin Campoverde, comandante subrogante de la Subzona Esmeraldas, confirmó que se recogieron ocho indicios balísticos en la escena del crimen. Otra fuente policial informó que los gatilleros tuvieron precisión en su ‘vuelta’. Se evidenció su experiencia. 24 minutos antes de morir, La Polilla subió su último video en redes.

 Se lo veía en su entrenamiento físico. “Ocurrió en cuestión de segundos. Se escucharon dos motos e inmediatamente los disparos. Todos nos lanzamos al piso y cuando fuimos a ver (la víctima) era La Polilla”, relató un testigo del hecho, quien pidió mantener su identidad en reserva por temor a represalias. Él formaba parte del Departamento de Comunicación de la institución pública. Era presentador, reportero, entrevistador, una especie de imagen de la Prefectura, por lo que aparecía recurrentemente en los videos que la entidad subía en sus redes sociales.

 El otro móvil que se baraja sobre el asesinato es que La Polilla recibió amenazas por no pagar ‘vacunas’ a las bandas delictivas. No obstante, personas del entorno del comediante aseguraron que él no había recibido ningún tipo de extorsión y por eso circulaba libremente por la calle, sin temor. “Una amiga más te dice qué dolor tengo en el corazón. Y es tan grande que no lo puedo describir… siempre vivirás, Polilla Sánchez… Vas pa’ arriba, de eso estoy segura. ¡Dios te abre sus puertas!”, escribió la prefecta Roberta Zambrano en sus redes sociales. Justamente, el humorista esmeraldeño utilizaba mucho en sus videos la frase “una amiga más”, llegando a popularizarla en todo el país. En su infancia lo bautizaron como La Polilla, debido a que era muy inquieto, cualidad que conservó hasta la adultez.

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