UN POCO DE DECENCIA
Quieren regresar al pasado. A ese en el que todos agachaban la cabeza. A ese en el que la independencia de las Funciones del Estado era letra muerta en la Constitución. A ese en el que controlaban todo y a todos. El correísmo viene moviendo sus hilos para ingresar a la mayor cantidad de instituciones posibles. Posiciona alfiles que luego puede manejar como marionetas al ritmo de sus intereses.
El pleito entre la Corte Constitucional y el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social no es coincidencia. Y menos lo son los movimientos en el Consejo de la Judicatura que apuntan a la próxima elección de titular de la Corte Nacional de Justicia. Todo tiene un trasfondo. Lamentable- mente nuestras autoridades actúan en función de intereses personales o de terceros y no en el mejor porvenir de las instituciones de los ciudadanos.
Esperar que obren correctamente y apegados a la ley es cada vez más una ilusión y menos un hecho.
Que una pizca de decencia ilumine las men- tes de los jueces y de los funcionarios ahora en pugnas, si no la calle será el escenario de los ciudadanos para exigirles que tomen sus decisiones apegadas a al derecho. Está en sus manos no caer en la tentación, y en la de la ciudadanía, estar vigilante.