UNA LARGA CRÓNICA ROJA

Parecería que el gobierno del presidente Guillermo Lasso se quedó en las sombras, desde donde administra el país sin mayores críticas, aunque una contundente mayoría aspira que pase el tiempo que le queda y se vaya pronto.

La frustración fue la confianza, principalmente de sus electores, por finalmente encontrar oportunidades negadas y mejoramientos de los derechos como los accesos a la salud pública y la educación, deteriorados por completo.

Ha sido un fiasco su presencia, aunque nunca esperamos la hondura del deterioro especialmente en la seguridad para pasar al otro extremo, la inseguridad desbocada. Las mafias tomaron cuerpo y presencia incluso dentro del Estado para someternos a los más viles vejámenes desde la extorsión hasta los coches bomba, pasando por los asaltos, secuestros y sicariatos que no miden efectos colaterales ni desmembraciones.

Historias de sangre se repiten día a día, procurando en la narrativa que la gente naturalice estas aberraciones. Se vuelven normales los relatos escandalosos de páginas virtuales, hasta los de todos los medios de prensa en una ya larga crónica roja, que es la única vigorosa en noticias, aunque debajo la pobreza asalte con más vehemencia los hogares y las familias de cada región del país. ¿Cuándo acaba esto?.

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