Dr. Juan Carlos Cassinelli Cali
Ex Ministro de Comercio Exterior, Doctor en Jurisprudencia, Director de Global Trade Consulting. Presidente del Comité de Comercio de Inversiones amcham GYE
Twitter: @JCCassinelli juancarlos@cassinelliabogados.com
El cambio climático que estamos experimentando tiene consecuencias impredecibles en el futuro, especialmente cuando observamos, en el día de hoy, el grave impacto de las sequías que están ocurriendo en distintas partes del mundo. En estas áreas, el transporte fluvial y marítimo representa la posibilidad de movilidad para aproximadamente el 90% de las mercancías a nivel mundial.
Los bajos niveles en los cauces del río Misisipi, la sequía en partes cruciales de la ruta fluvial principal de China, como el río Yangtsé, y los efectos en el transporte de mercancías a lo largo del río Rin en Alemania son ejemplos de lo que está ocurriendo. Además, se suma a esto la noticia de que el Canal de Panamá, abastecido por dos grandes lagos artificiales, se encuentra en un nivel de caudal excepcionalmente bajo en la actualidad. Esto provoca que los barcos que cruzan el canal deban esperar su turno. Por ejemplo, el 30 de julio, solo se permitió el paso de 32 de un máximo de 38 buques, y debido al problema del caudal de agua, solo se aceptaron barcos con un calado de 13,4 metros, en comparación con los 15,24 metros que solían ser aceptados anteriormente.
Como consecuencia de esto, se reduce la capacidad de transporte de los barcos debido a la limitación del calado máximo permitido, lo que a su vez resulta en demoras en la entrega de mercaderías y aumenta los costos de transporte. Las empresas que dependen del transporte marítimo, ya sea para importar o exportar, y que necesitan el Canal de Panamá para acceder a destinos en la parte del Atlántico de Centroamérica, Europa o la costa este de los Estados Unidos, enfrentan un verdadero desafío logístico para abastecerse y entregar sus productos. Lamentablemente, esto también llevará a una escasez de productos y, en consecuencia, a una disminución de los ingresos debido a estos traslados.
Este es un desafío significativo para el comercio internacional y para nuestro país, que actualmente utiliza el canal para realizar envíos directos a destinos que facilitan un acceso rápido. Estos acontecimientos nos obligan a considerar la posibilidad de encontrar una ruta alternativa que conecte Sudamérica de costa a costa, con el fin de reducir nuestra dependencia exclusiva del Canal de Panamá. De lo contrario, nos encontraremos a merced de circunstancias como estas o, en su defecto, deberemos buscar otras opciones logísticas para abordar esta creciente preocupación, que no considero transitoria, sino recurrente, debido a la forma en que estamos gestionando la realidad climática del mundo.