EL DISCURSO NO ALCANZA
A la hora de construir hechos que beneficien a la mayoría, el discurso no alcanza. Porque dicho por los candidatos, lo sobrepasa con creces, dando la sensación de un mundo ideal en donde abordará nuestro futuro. Ese mismo discurso cuando ascendió al poder mediante el favor de la votación, se vuelve caústico, por la ironía de afirmar que el retroceso es avance.
Pero el discurso en la práctica no es suficiente a la hora de cumplir. Como el de una señal de tránsito pasada por alto, advierte y advertía, de riesgos inminentes, dejados de lado por la cultura de los conductores, mientras el resultado obtenido son muertos y heridos. El discurso no cumplió su cometido de evitar, de salvar.
Mucho peor si un candidato a la presidencia, nos dice que acabará con los grupos mafiosos enseguida que ocupe el poder. Al preguntarle cómo, responde que la inteligencia policial ya conoce quiénes son, en dónde están y cómo se mueven, por tanto, resultará fácil neutralizar por completo su accionar.
La duda de por qué la Policía, si sabe en dónde están las élites delincuenciales, no actúa ahora, y esperará el arribo del candidato en ciernes, nos deja sospechas: ¿Ahora hay un compromiso ineludible con ellos, pero terminará cuando él llegue? El solo discurso no nos alcanza.
