Moradores del barrio Villamarina reportan tener más de un mes con serios problemas en el servicio de agua potable, tanto por la intermitencia en el suministro como por la pésima calidad del líquido que reciben en sus hogares.
Según denuncias ciudadanas, los habitantes se ven obligados a regirse por cronogramas irregulares de suspensión y abastecimiento, pero, incluso cuando el agua llega, lo hace en condiciones deplorables: con mal olor, aspecto turbio y presencia de sedimentos visibles.
“Llega apestosa y sucia. No es apta ni para lavar, y aun así nos cobran”, comentó una de las moradoras, quien compartió fotografías y capturas de mensajes del grupo comunitario.
Los afectados también señalan que la promotora barrial, designada por el Departamento de Participación Ciudadana del Municipio de Manta, cierra las válvulas al momento en que los residentes reportan el mal estado del agua.
“Nos dicen que es por seguridad, pero eso solo agrava el problema. No tenemos agua limpia ni siquiera para lo básico”, agregan.
Vecinos han documentado múltiples quejas en chats comunitarios y aseguran que este problema es diario y generalizado, no algo esporádico o aislado.
Los moradores exigen una respuesta inmediata a las autoridades competentes, una revisión técnica del sistema de distribución, y transparencia sobre el tratamiento del agua que se les está suministrando.