¡QUE SE MOJEN EL PONCHO!
El escenario político y social de Ecuador está agitado por una polémica tras otra, con múltiples promesas incumplidas y asuntos de interés público que quedan en el aire. La dinámica se ha vuelto a ‘sacarle la vuelta’. El Plan Fénix y sus resultados prometidos han sido opacados por la crisis energética. Ya nadie habla de ese plan del que solo se conoce el nombre, y mucho menos de las sombras que se ciernen sobre quien preside actualmente la Asamblea Nacional, ni de lo que se cocina bajo la mesa en torno al juicio político a la ministra del Interior y a la elección del primer vicepresidente. Nadie dice nada. Todos esperan que las aguas se calmen o que un escándalo borre la polémica anterior. Esta lógica, lamentablemente, ha sido aceptada y normalizada. Tener memoria corta sobre lo que sucede en la esfera política o en cualquier otro ámbito es riesgoso. Se pierde la perspectiva general de hacia dónde queremos ir como sociedad y cuánto estamos dispuestos a ceder como ciudadanos frente a quienes administran no solo el país, sino también las ciudades. Es fundamental prestar mucha atención a aquellos políticos que, ante los grandes problemas del país, se la sacan como toreros, sin responder a la sociedad. Hay que exigirles que se ‘mojen el poncho’.