LA PRIVACIDAD CIUDADANA AMENAZADA

En su comparecencia frente a la comisión de asambleístas que investiga el asesinato de Fernando Villavicencio, el director del Sistema Ecu-911 denunció el mal uso de los servicios de localización de personas a partir de su número telefónico. En una estremecedora revelación, informó que 529 usuarios irregulares —no identificados— habían tenido acceso a la aplicación para ubicar y rastrear a ciertos individuos, aunque no informó cuántas veces, ni en contra dequiénes se habían empleado este servicio.

La situación es aún más preocupante si se tiene en cuenta que, tal y como denunció uno de los asambleístas, el registro de usuarios en dichas aplicaciones requiere la aprobación y colaboración de personal policial. El abuso de un sistema de esta naturaleza, y a tal escala, implica una gran cantidad de testigos y de complicidad a nivel institucional. Como si ello no bastara, el funcionario aseguró que él mismo había sufrido también rastreos y amenazas de muerte.

En el mundo actual, el uso intensivo de dispositivos y la participación permanente en flujos de información hacen que la privacidad y libertad de los ciudadanos esté amenazada como nunca antes. Los gobiernos cuentan hoy con herramientas de vigilancia y seguimiento que antes hubiesen resultado inimaginables. Por tanto, cualquier acción de rastreo o intromisión en la esfera privada debe ser justificada y registrada. La Justicia debe tomar cartas en el asunto al respecto de esta denuncia.

MÁS NOTICIAS

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore