Entre risas, colores y personajes que mezclan humor y crítica, arrancó la tradicional Feria de Monigotes en la parroquia Tarqui del cantón Manta. Desde el primer día, familias enteras recorren los puestos buscando al monigote que los acompañará en el ritual de despedir el año. David Macías fue uno de los primeros visitantes. Caminó con calma por la feria hasta encontrar el elegido: una versión de Chucky “pepudo”, hecha de papel, que pronto viajará hasta su casa en el barrio Cuba. Como manda la tradición ecuatoriana, el 31 de diciembre lo quemará para dejar atrás todo lo malo y abrirle paso a un nuevo año lleno de esperanza.
“Vine temprano para mirar con tranquilidad y no dejarlo para última hora”, comentó David, mientras observaba la variedad de figuras que llenan la feria, instalada en la avenida 109, entre las calles 103 y 104, en el sector Tarqui. En el terreno de la antigua Inalca se levantan 110 carpas, ocupadas por igual número de familias emprendedoras que exhiben monigotes, caretas y otras creaciones. SEGURIDAD Para garantizar que la feria se desarrolle con orden y seguridad hasta el 31 de diciembre, un contingente interinstitucional acompaña la jornada. Agentes de Seguridad Ciudadana, inspectores de Control Territorial de la Alcaldía de Manta, el Cuerpo de Bomberos, la Policía Nacional y de Tránsito, la Comisaría Nacional, la Jefatura Política, las Fuerzas Armadas y otras entidades velan por el bienestar de comerciantes y visitantes. Así, Tarqui vuelve a convertirse en el punto de encuentro donde la tradición, el trabajo artesanal y la esperanza de un nuevo comienzo se dan la mano.
