UNA MANO AMIGA, ESTA NAVIDAD
Con el pasar del tiempo, nos vamos dando cuenta de que la Navidad llega a ser lo que uno hace por los demás. En la medida de sus posibilidades y capacidades, creyentes o no, para muchos estos días de asueto y reflexión iniciaron el 30 de noviembre, con el primer domingo de Adviento, y para otros, el 16 de diciembre, cuando arrancó la Novena en preparación para la Navidad. Cuando cierre la jornada laboral de hoy, las familias se refugiarán en sus hogares y, en el mejor de los casos, compartirán la mesa y unos momentos de aislamiento del ruido, los problemas y el trajín de la vida moderna. Ese recogimiento, tan anhelado, no podrá desligarse de la memoria de las familias de los cuatro niños de Las Malvinas, cuyo asesinato recibió sentencia tres días antes de Navidad. Mientras abrazamos a nuestros hijos y esperamos de ellos nada más que una sonrisa, acompañamos a las familias de Ismael y Josué Arroyo, de 15 y 14 años; Nehemías Arboleda, de 15; y Steven Medina, de 11 años; y de tantos otros cuyos nombres quedan en las sombras, pero que, como víctimas de la violencia —social e intrafamiliar—, engordan las estadísticas de vidas perdidas de manera trágica e innecesaria. Y entonces, desde la responsabilidad y el compromiso que nos permite escribir estas palabras, deseamos salud para sus familias y las nuestras, paz para las comunidades que servimos y prosperidad para un país que no se rinde. Que todo instante de reflexión nos lleve a buscar formas nuevas y renovadas de innovar, de trabajar por nuestro interés y por aquel que mueve a la sociedad, y de pensar siempre en cómo ayudar a quienes necesitan una mano amiga, un empujón solidario o algo tan simple —y tan urgente— como no ser olvidados.



