
Redacción, EM.- Unicef alerta que las estructuras criminales operan de manera planificada y sostenida, con jerarquías y división de funciones, dedicadas al narcotráfico, extorsión, trata de personas o tráfico de armas y representan un alto riesgo para los derechos de los niños, niñas y adolescentes, sobre todo en reclutamiento o utilización de ellos. El organismo destaca que Ecuador está gravemente afectado por el aumento de la violencia armada, pues entre 2019 y 2024, los homicidios en menores de edad aumentaron un 627,5%. Este porcentaje, según Unicef, es una cifra que refleja no solo el nivel de exposición al peligro al que están expuestos, sino que evidencia también que la violencia interrumpe el acceso a la educación y la salud para los menores. Por su parte, la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF, por sus siglas en inglés) insiste en que, en el contexto de reclutamiento, las niñas enfrentan riesgos adicionales como la explotación sexual o la coerción afectiva (presión que se ejerce a través de las emociones) y económica. Destaca que, a través de una encuesta, obtuvieron que “el reclutamiento ocurre principalmente a través de redes sociales como WhatsApp en el 31% y Facebook con el 27%. Aunque, las amistades ejercen mayor influencia en la captación con un 33%. María José Escobar, gerente del programa comunidades seguras de PADF, indica que el reclutamiento en el país tiene “una dinámica bastante peculiar”. “En Ecuador, las bandas usan y utilizan a niños, niñas y adolescentes, porque no están siendo desvinculados de sus entornos, sino que están siendo usados por los grupos criminales mientras permanecen con la familia, en el entorno escolar y comunitario”. ¿POR QUÉ SE RECLUTA A NIÑAS Y ADOLESCENTES? Escobar dice que las niñas presentan patrones de vinculación, vulneración y factores de explotación diferentes. Las formas de reclutar a las niñas para las bandas criminales son “diferentes y variadas”. “Incluso, son más peligrosas porque incluyen coerción sexual, manipulación afectiva y control emocional porque desempeñan luego otros roles que van hasta vínculos afectivos, obviamente manipulados y sesgados con miembros de las bandas”, explica. La gerente del programa comunidades seguras de PADF enfatiza que no se recluta de la misma manera a niños que a niñas y que las organizaciones criminales tampoco buscan a niños y a niñas para los mismos roles. “El reclutamiento a las niñas está vinculado fuertemente a violencia sexual, control emocional y a roles invisibles porque cumplen funciones claves dentro de estas organizaciones porque generan menos sospecha policial y más confianza y pueden tener roles de actividades delictivas como mulas o campaneras. Pero, también cumplen un rol de una relación de pareja en contextos de violencia y de esa manera se mantiene invisibilizadas”, afirma Escobar. Verónica Supliguicha, coordinadora general de la fundación Alas de Colibrí, dice que las actividades delictivas también están diferenciadas por la carga de género, pues a una “chica” se la pone de vigía porque despierta menos sospecha. PADF destaca que la situación de reclutamiento es crítica en zonas como Esmeraldas, donde 4 de cada 10 menores de edad encuestados dijeron tener un familiar en una banda criminal, y el 8% de los encuestados en el país reconoció pertenecer a una banda. En Durán, Guayaquil y Santa Elena, más del 65% de los menores percibe la presencia activa de estas organizaciones en sus barrios. “Las niñas se encargan de las tareas estereotípicamente relacionadas con su género, como limpiar y cocinar y, existe un alto riesgo de que sean víctimas de explotación sexual. Sin embargo, existen grupos en donde la edad no es directamente proporcional a la dificultad de la tarea, sino que, dependiendo de las características y habilidades de cada niño, niña o adolescente, se le delegan ciertas actividades o delitos”, menciona Unicef. ¿CUÁLES SON LOS FACTORES DE RIESGO PARA SER RECLUTADAS? “Los grupos criminales están llenos de un machismo estructural en el cual cree que las niñas y mujeres pueden ser las parejas sentimentales y también servirán para otras actividades ilícitas y necesitan discreción”, dice la gerente del programa comunidades seguras de PADF. Para María José Escobar, los factores de riesgos para una niña es que haya vivido un tipo de violencia sexual previa, porque hay una normalización de la violencia. También recalca que es otro factor importante la manipulación emocional porque “para que termine siendo parte de la banda debe generar un vínculo con un miembro de la banda (delictiva) porque terminará como pareja y adicional realizará actividades criminales que le asigne la banda”. “Las organizaciones criminales están reclutando a menores de edad desde los 10 años”, recalca PADF. “Estas organizaciones cada día buscan edades más tempranas porque son más vulnerables emocionalmente. Buscan a niñas que se perciban jóvenes por su vinculación emocional y por su apariencia”, detalla María José Escobar.



