
Ecuador es el tercer país que más droga decomisa cada año, solo detrás de Colombia y Estados Unidos. A pesar de que no se produce droga en el país, el tráfico va en aumento. De acuerdo con un reportaje publicado en The New York Times el 5 de diciembre de 2025, Ecuador se ha convertido en una «superautopsita de la cocaína».
Incluso señala que hasta el 70% del suministro mundial de droga fluye por el país andino. «Históricamente, Ecuador se consideraba un centro de estabilidad en comparación con sus países vecinos», dice la nota escrita por la periodista Maria AbiHabib. Según su reportaje tras recorrer el país con fuerzas del orden en operaciones contra el narcotráfico, un punto de inflexión para Ecuador se marcó en 2009 con la salida de la Base Militar de Manta.
«En consecuencia, la embajada estadounidense cerró su oficina militar y los principales esfuerzos de lucha antidroga del Departamento de Estado en el país», dice el texto en referencia a la decisión del entonces presidente ecuatoriano Rafael Correa de marcar distancia de Estados Unidos. Mientras tanto, los esfuerzos del gobierno estadounidense se enfocaron en la lucha contra el tráfico de fentanilo. Y los cárteles mexicanos aumentaron su poder en Ecuador en colaboración con grupos colombianos y bandas locales.
El artículo añade que «en Ecuador y otros países de América Latina, la droga ha vuelto a convertirse en el principal motor del terror y la violencia, matando y mutilando a civiles mientras se abría camino hacia compradores situados principalmente en Estados Unidos y Europa».
Abi-Habib acompañó a la marina ecuatoriana en operativos de control y escribió que las fuerzas del orden se ven amenazadas por la fuerza bélica y económica de los grupos delictivos. «‘Se trata de una guerra existencial’, dijo Giovanni Davoli, embajador italiano en Ecuador, quien comparó la lucha con la de Italia contra las mafias. “Ecuador no es un narcoEstado, pero necesita ayuda», dice el medio estadounidense.



