Tras una operación militar realizada en San Lorenzo, provincia de Esmeraldas, las Fuerzas Armadas desarticularon varios campamentos clandestinos utilizados para la minería ilegal.
En el sitio se encontraron múltiples indicios de grupos armados, entre ellos de la guerrilla colombiana Oliver Sinisterra. Según un informe de inteligencia, en el lugar se encontraron uniformes del Ejército de Colombia, material de intendencia militar, cascos tácticos con emblemas del GAO Oliver Sinisterra, mochilas con arnés del Ejército colombiano, entre otros.
El personal militar informó que todos los materiales fueron incinerados y destruidos de inmediato. La operación representó un golpe financiero estimado en USD 1,3 millones. Entre los bienes destruidos constan cinco retroexcavadoras, seis bases mineras, ocho motores de luz, 4 500 galones de diésel, 800 galones de gasolina, cinco motobombas de agua, una hidrolavadora. Sin embargo, no se registraron personas detenidas.
