
Rusia y Ucrania intensificaron en las primeras horas del martes 25 de noviembre sus ataques aéreos contra sus respectivas retaguardias con un nuevo intercambio de bombardeos de larga distancia que coincide con los contactos para avanzar hacia un final negociado de la guerra que emisarios de los dos bandos mantienen este martes, por separado, con EE.UU. en Abu Dabi.
Al menos siete civiles murieron en Kiev a consecuencia del ataque de Rusia, que lanzó contra toda Ucrania más de 460 drones y 22 misiles que volvieron a tener entre sus principales objetivos infraestructuras energéticas ucranianas.
Varios drones rusos entraron a territorio de las vecinas Rumanía y Moldavia durante el ataque, por lo que este último país citó al embajador ruso para pedirle explicaciones por la intrusión de seis drones en su espacio aéreo. Al mismo tiempo, las autoridades rusas informaron de la muerte de tres civiles en la región rusa de Rostov, uno de los objetivos del ataque ucraniano de anoche.



