
El hemisferio norte se prepara para un cambio climático inusual, ya que un vórtice polar en pleno debilitamiento podría traer frío intenso y nieve en diciembre. En Estados Unidos, sus efectos comenzarían a sentirse desde la semana de Acción de Gracias. En el Polo Norte el aire se está calentando rápidamente, lo que debilita la corriente de vientos que “encierran” al aire ártico. Al perder fuerza para contenerla, ese aire helado se desplaza a regiones más al sur y provoca descensos bruscos de temperatura.
Amy Butler, meteoróloga de la NOAA, explicó que el calentamiento del aire en la estratósfera sobre el Polo Norte está debilitando los vientos del vórtice polar y que incluso podrían cambiar de sentido, favoreciendo episodios de aire ártico en zonas pobladas, según East Idaho News. Aunque no se puede precisar dónde se concentrará el frío más extremo, los expertos coinciden que diciembre podría ser más gélido y nevado de lo habitual. La falta de datos satelitales históricos complica las estimaciones, justo cuando son necesarias para anticipar consecuencias en sectores energéticos, agrícolas y de transporte.



