El Orgullo de un Pueblo

El 4 de noviembre es “fecha cívica de Manta”. Desde 1938, convocados por su Municipio, el pueblo y sus instituciones celebran con orgullo esta gesta histórica que los impulsó a ascender sin peldaños de sangre y volar sin las alas del odio. Hace 103 años, el 4 de noviembre 1922, el pueblo, los líderes populares, los gestores de la cantonización y las autoridades de la parroquia, enarbolando la bandera de franjas azul oscura, blanca, azul oscura, recorren las calles de la pequeña ciudad y confluyen en la Plaza Quito, hoy Plazoleta Azua. Allí, por bando, escuchan la lectura del Decreto de cantonización, de boca del notario del cantón Montecristi, don César A. Ochoa Chávez, quien protocoliza el documento, teniendo como testigos al pueblo allí reunido.
El júbilo se exterioriza de muy diversas maneras: gritan, saltan, aplauden, lanzan vivas, se abrazan entre sí. Hay una alegría y un entusiasmo desbordante. Parroquianos inteligentes, conocedores de la ley, se reunieron ese día, porque sabían que, en esa fecha, se cumpliría el término de la distancia dispuesto por el Art. 6 del Código Civil y por la Constitución de 1906, vigentes en esos tiempos. Cumplidas las formalidades de ley, ese 4 de noviembre de 1922, es el día en que entra, en vigencia legal y constitucional, el Decreto de Cantonización de la parroquia Manta y que asume la categoría de cantón de la República. Se cumple el sueño de los parroquianos que, 10 años antes, el 18 de julio de 1912, liderados por Ascario Paz Bonilla, se reunieron para conformar el “Comité Cantón Manta” que durante una década gestionaría la cantonización.



