Redacción, EM.- La agricultura y la ganadería siguen siendo el pulso del Ecuador profundo. Según la más reciente Encuesta de Superficie y Producción Agropecuaria Continua (Espac) del INEC, 4,8 millones de hectáreas del territorio nacional están bajo labor agropecuaria, mientras que otros 7,2 millones permanecen en montes, bosques o sin uso agrícola. De esa superficie productiva, más de la mitad (55,4%) se concentra en la región Costa, confirmando su peso decisivo en la seguridad alimentaria y las exportaciones del país. Los cultivos permanentes más grandes y productivos de Ecuador son los de banano, caña de azúcar y palma africana, ubicados en provincias como Los Ríos, Guayas y El Oro. A eso se suman los cultivos de cacao, que también están en Manabí y Esmeraldas. Por el otro lado, más vinculado al consumo interno, los mayores cultivos temporales, de productos como maíz y papa, están en la Sierra. El agro ecuatoriano tiene rostro mestizo, envejecido y predominantemente masculino. Según la Espac, el 70,2% de los productores de campo son hombres y el 29,8% mujeres. El 70% se identifica como mestizo, el 8,5% como indígena, el 18,5% como montubio, y apenas el 1% como afroecuatoriano o blanco. El envejecimiento rural es evidente: un tercio de los productores (32%) tiene 65 años o más, mientras que menos del 10% tiene menos de 25 años. La agricultura es, cada vez más, una actividad sostenida por adultos mayores. En cuanto a educación, el 54,3% solo terminó la primaria, el 19,7% la secundaria, y uno de cada ocho productores (13,1%) no tiene ningún tipo de instrucción formal. De la mano de un mayor sector exportador, el empleo adecuado en provincias como Guayas, El Oro, Los Ríos y Manabí, el empleo adecuado o formal está entre el 31% y el 43% de la Población Económicamente Activa (PEA). En la Sierra, de donde sale apenas del 18% de las exportaciones no petroleras y no mineras, en provincias como Cotopaxi, Bolívar e Imbabura, el empleo adecuado está entre 21% y 30%. Aquí no se toma en cuenta Pichincha, donde el empleo adecuado llega al 51%. A escala nacional, se estima que más de 800.000 personas están directamente involucradas en la producción agropecuaria. En la Costa participan cerca de 376.000 productores (47%), concentrados en provincias como Guayas, Manabí, Los Ríos y El Oro, que son el núcleo de la agricultura comercial y de exportación. En la Sierra trabajan unos 360.000 productores (45%), en su mayoría pequeños y medianos agricultores dedicados a la producción de alimentos básicos para el consumo interno. El resto se reparte entre Amazonía y zonas no delimitadas (8%). Este peso relativo coincide con la distribución de la superficie productiva: la Costa domina la agricultura intensiva; la Sierra, la ganadería y los cultivos tradicionales. Las condiciones estructurales del campo son muy distintas entre la Sierra y la Costa, lo que explica por qué los paros campesinos e indígenas —en 2019, 2022 y ahora en 2025— se concentran en provincias serranas, según Carlos Lozano, economista con experiencia en asesoría en producción agrícola. En la Sierra, la agricultura es familiar, de subsistencia y con poca tecnificación. Los productores cultivan papa, hortalizas, cebada, leche y granos andinos, con pequeñas parcelas que dependen del clima y de sistemas de riego poco desarrollados. Por el contrario, la Costa está dominada por una agricultura empresarial y de exportación, más tecnificada y conectada con los mercados. Con todas sus falencias, en la Costa cuentan con infraestructura, carreteras y más financiamiento privado. Allí, los productores, aunque también enfrentan desafíos, pobreza, falta de crédito, entre otros problemas, dependen menos de la acción directa del Estado y más de las cadenas agroindustriales y de exportación. En otras palabras, la Sierra reclama por abandono; la Costa, por competitividad. Y es esa brecha, de acceso, de rentabilidad y de representación política, la que explica por qué el movimiento indígena y campesino serrano encabeza las protestas, mientras que el agricultor costeño, vinculado a grandes cooperativas o agroexportadoras, se mantiene al margen.
1.500 IGUANAS TERRESTRES REGRESAN A SU HÁBITAT NATURAL EN LA ISLA SANTIAGO
Quito, EM.- Las Islas Galápagos vuelven a ser escenario de un hito ambiental. Un total de 1.500 iguanas terrestres (Conolophus subcristatus) fueron trasladadas desde la Isla Seymour hacia la Isla Santiago, como parte de un plan de reintroducción que busca