La zozobra que mantenía en vilo a San Mateo se transformó en un estallido de alegría. Tras varios días de angustia y búsquedas incansables en altamar, la noticia llegó desde el norte de Manabí: José Gabriel y Byron Fernando López Villacreses fueron hallados sanos y salvos en las costas de La Chorrera, en el cantón Pedernales. La desaparición de los hermanos, ocurrida el pasado jueves 11 de septiembre cuando zarparon en la embarcación “Bendición de Dios”, había revivido en la parroquia pesquera las viejas heridas de otros episodios trágicos en los que la delincuencia marina cobró la vida de hombres de mar. Pero en esta ocasión, la historia tuvo un desenlace distinto.
En el muelle de San Mateo, bajo la carpa improvisada donde por días permanecieron las familias a la espera de noticias, la tensión se rompió en llanto y abrazos. La confirmación de que los hermanos estaban con vida llegó como un bálsamo que apagó la incertidumbre y devolvió la fe a una comunidad que nunca dejó de buscar ASÍ SERÁ EL REGRESO A CASA Los familiares indicaron que José Gabriel y Byron Fernando descansarán por unas horas en el norte manabita, y que muy temprano allegados viajarán hasta Pedernales para traerlos de regreso a casa.
La emoción es incontenible: madres, hermanos, tíos y vecinos alistan la bienvenida a quienes durante seis días fueron el símbolo de resistencia y esperanza. A través de un escrito difundido en redes sociales, la familia Villacreses López expresó su agradecimiento a todos quienes hicieron posible el reencuentro. “Gracias a los medios de comunicación, a las personas de buen corazón y a los pescadores de distintos puertos y caletas que nos tendieron la mano. Su apoyo con lanchas, combustible y compañía en la búsqueda fortaleció nuestros corazones y rindió frutos”, señalaron. Hoy, San Mateo no llora a sus hijos, sino que los celebra. El eco de las plegarias, las colectas solidarias y el esfuerzo conjunto de toda una comunidad se tradujo en un final esperanzador y alegre: los hermanos López Villacreses regresarán al puerto que los vio partir, no como víctimas del mar, sino como sobrevivientes de una odisea que quedará grabada en la memoria del pueblo.