DROGAS: LA PREVENCIÓN ES TAREA PENDIENTE
El narcotráfico tiene una arista que es poco atendida en el país. La enorme cantidad de droga que ingresa al Ecuador va dejando una estela de polvo para la venta interna. Algunos pagos entre criminales los hacen con droga que debe ser comercializada para sacar ganancias. Otra parte se compra directamente. Las sustancias se pueden conseguir con microtraficantes que venden el veneno al menudeo en las calles, en redes sociales, por whatsapp. No hay datos certeros sobre la cantidad de cocaína y marihuana que es consumida por los adictos ecuatorianos. Las estadísticas de atenciones a personas que consumen no están actualizadas, sin embargo, en 2023, el Ministerio de Salud Pública (MSP) reportó que se realizaron unos 50.000 controles por consumo de estupefacientes. La compra y venta de droga a los consumidores es el fin último de la sangrienta cadena de comercialización que tiene al país sumido en una guerra interna. Los adictos han sido olvidados. Y, ahora, hay nuevas drogas. En las calles de Ecuador los consumidores tienen acceso a una mezcla de drogas, en el que el fentanilo aparece como protagonista. Este es el opiáceo, la droga de los zombies en EE.UU., 100 veces más potente que la morfina y 50 veces más potente que la heroína. Los microtraficantes mezclan cocaína con fentanilo y lo venden. Los consumidores también importan en la guerra contra las drogas. Los narcos viven del adicto. El Gobierno debe iniciar un trabajo de prevención del consumo, incluso que se sepa que con cada dosis pagada se ayuda a los criminales para seguir con sus negocios. Es polvo lleno de sangre.