Carlos Renato Ortuño fue víctima de un intento de sicariato, el 23 de junio de 2023. Aunque sobrevivió, el atentado provocó un cuadro de cuadriplejía con un 98% de discapacidad. Frente a esa realidad, él inició el trámite correspondiente para acceder a un procedimiento de eutanasia y el 8 de septiembre de 2025, conoció que su solicitud fue acogida por el IESS.
Antes de llegar a este punto, Ortuño se sometió, durante más de dos años, a múltiples tratamientos para intentar mejorar en algo su calidad de vida y palear el dolor constante que le aqueja. En su búsqueda de alivio viajó a Colombia, México y España, para intentar ua mejor calidad de vida con distintos tipos de terapia.
Su condición de cuadriplejía, según Ortuño, le provoca fuertes dolores que son constantes y se suman a otras enfermedades que se derivan de estar postrado.
Fue el 4 de julio de 2025 cuando decidió solicitar su eutanasia, para obtener, lo que a su criterio sería una muerte digna, que le permita finalmente dejar atrás todo el sufrimiento.
El 8 de septiembre de 2025, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) informó a Ortuño que solicitud de eutanasia fue acogida favorablemente.En Ecuador la eutanasia fue despenalizada el 7 de febrero de 2024, tras una histórica sentencia de la Corte Constitucional. De concretarse el procedimiento, Carlos se convertiría en la segunda persona que recibiría la eutanasia en territorio ecuatoriano.
Quién es Carlos Renato Ortuño
Carlos Renato Ortuño es abogado de profesión, según él, hasta antes del atentado, llevaba una vida tranquila junto a su esposa y su mascota en Quito.
Pero todo cambió hace un poco más de dos años, el 23 de junio de 2023, cuando tomó su vehículo y salió de su casa -en una urbanización del Valle de Los Chillos- rumbo a su oficina en el sector de La Mariscal, en el centro norte de Quito.
Era su trayecto habitual, pero ese día un automóvil gris lo siguió desde que salió de su casa. Al llegar al garaje de su oficina en la Bolsa de Valores, mientras Carlos esperaba unos segundos hasta que el guardia de seguridad abriera la puerta, el vehículo que lo venía siguiendo frenó a raya a pocos metros del suyo.
Por los retrovisores, Ortuño vio que se bajaron dos personas armadas y se acercaron a su ventana. Pensó que le iban a robar. Pero -de manera intempestiva- uno de los sujetos empezó a dispararle, causándole tantas heridas que su ropa y su auto se llenaron de sangre en segundos.
Inconsciente y sin poder mover su cuerpo, Carlos fue trasladado al hospital Eugenio Espejo, donde se pudo confirmar que su medula espinal había sido afectada gravemente, dejándolo con cuadriplejía. Por eso, desde ese día perdió la movilidad en sus extremidades y únicamente puede mover sus labios y ojos.